Las castañas son unos de los alimentos más conocidos durante la época del otoño, y además, ya se pueden disfrutar en los típicos puestos donde se sirven asadas en un cartucho. Presentan un sabor muy agradable y pueden incorporarse tanto en platos salados, como en dulces. Hoy he querido publicar este post acerca de su valor nutricional para que se sepa un poco más sobre ellas.

Este alimento procede del árbol del castaño y entra en el grupo de los frutos secos. Se caracteriza por su gran valor nutricional, empezando por la riqueza en hidratos de carbono que posee, la mayoría de ellos, en forma de almidones de absorción lenta. Además, las castañas también proporcionan una gran cantidad de proteínas, aunque son deficientes en un aminoácido llamado lisina.

Por otro lado, siempre hemos oído que los frutos secos tienen un gran aporte graso, sin embargo, las castañas son uno de los frutos secos con menor aporte graso. El tipo de grasas que suele presentar este alimento, son grasas monoinsaturadas y poliinsaturadas.

Igualmente, se considera un alimento rico en fibra, por lo que ayuda a la regulación del tracto gastrointestinal y, por lo tanto, previene el estreñimiento.

En cuanto al contenido de vitaminas, destaca su aporte en: vitamina C, vitamina antioxidante en cantidades adecuadas, y que, además, ayuda a la absorción del hierro; ácido fólico (B9), componente esencial para los glóbulos rojos y la síntesis de ADN; otras vitaminas del grupo B (excepto la B12), encargadas del funcionamiento de diferentes reacciones metabólicas; y la vitamina E, importante para el sistema inmunitario.

Con respecto al contenido en minerales, destaca su contenido en potasio, hierro, calcio, magnesio, fósforo y zinc, entre otros.


0 comentarios

Deja una respuesta

Marcador de posición del avatar

Tu dirección de correo electrónico no será publicada.