En la actualidad, contamos con tanta información que la elección de alimentos que conforman nuestras comidas diarias puede ser un quebradero de cabeza para saber si es algo bueno para nuestra salud o bienestar. Entre las opciones alimenticias que suelen debatirse más se encuentran las conservas.
Estas tienen el objetivo de que haya una mayor vida útil y una mayor protección del alimento.
Puntualmente, son opciones muy socorridas para la cocina cuando nuestro tiempo es limitado. Siempre es mejor preparar un plato variado y combinado, incluyendo este tipo de productos, que optando por algún tipo de alimento ultraprocesado. Ahora bien, también depende de los ingredientes añadidos y del tipo de conserva.
Igualmente, hay que tener en cuenta que cuantos más procesos haya sufrido un alimento, mayor pérdida de nutrientes habrá, y, por lo tanto, empeorará la calidad nutricional de este.
La recomendación es que nuestra alimentación sea variada, equilibrada, adaptada y suficiente, pero, sobre todo, con productos frescos, naturales y de temporada. Ello no quiere decir, que no podamos utilizar las conservas, pero es preferible que se priorice por la calidad del alimento.
¿Qué conservas puedo elegir?
Lo mejor, es optar por conservas al natural o que el alimento que contiene sea el ingrediente principal y con pocos ingredientes adicionales (azúcares, grasas, ni sal añadidos).
Cuando hablamos de conservas en aceite, como la de los pescados, es preferible optar por aceites de calidad, como el aceite de oliva virgen extra. Se ha visto que, las conservas de pescado con aceite de oliva preservan más el contenido de ácidos grasos insaturados, concretamente el omega 3, que las conservas al natural. No obstante, siempre debemos mirar este tipo de productos como una alternativa, y no como un sustituto del pescado fresco.
Con respecto a las conservas de vegetales, son una buena opción si no disponemos de productos frescos o congelados a nuestro alcance. También, cuando no disponemos de una infraestructura para poder cocinar el alimento. Lo único que hay que tener en cuenta es que se debe lavar y limpiar bien el líquido de conserva.
Por otro lado, la opción de carnes magras, como pollo al natural, también puede ser una buena elección si no disponemos de tiempo, ni materias primas en momentos puntuales.
Igualmente, las legumbres en conserva son otra posibilidad. Estas ya vienen cocidas. Además, son uno de los componentes fundamentales de la Dieta Mediterránea y hay gente que no dispone de tiempo, ni recursos culinarios para cocinarlas. Combinadas con verduras podemos conseguir un plato muy nutritivo. Asimismo, lo ideal es lavar bien estas para eliminar el resto del líquido que las acompaña y reducir así el aporte de sodio que pueda proporcionar.
Referente a otros alimentos que vienen en conserva o ya preparados hay que ver los ingredientes que lleva y el etiquetado nutricional. Ya que, productos como salchichas, albóndigas, etc. Pueden tener muy poca calidad nutricional.
Al final, el objetivo es brindar una comprensión clara de las conservas, para que se puedan tomar decisiones informadas sobre cómo incorporarlas de manera saludable y nutritiva en tu alimentación cotidiana.
Espero que este artículo te haya ayudado.
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