Es frecuente que después de navidades, debido a los cambios en el estilo de vida, los excesos de comida e incluso los excesos de bebida, puedas encontrarte con problemas digestivos como la diarrea.
¿Qué es la diarrea aguda?
La diarrea aguda se considera un aumento en la frecuencia de las deposiciones que puede ir acompañada de una disminución de la consistencia de las mismas. Puede interferir en la digestión y en la absorción de determinados nutrientes y líquidos. La mayoría de las veces no suele durar más de una semana, pero, si esta perdura al menor 4 semanas, se denomina diarrea crónica.
Causas de la diarrea
La diarrea puede aparecer por las siguientes causas:
- Infecciosas: Es la causa más frecuente, puede deberse a una intoxicación alimentaria producida por patógenos presentes en alimentos o aguas.
- Efectos secundarios de algunas medicinas. Algunos medicamentos pueden presentar sustancias, como sorbitol o lactosa, entre otros, que pueden provocar diarreas. Por otro lado, también pueden provocarse través de los efectos secundarios producidos por ciertos tratamientos como: tratamiento con antibióticos o cirugías abdominales.
- Enfermedades digestivas relacionadas con la malabsorción y digestión de los alimentos: celiaquía, síndrome del intestino irritable, enfermedad inflamatoria intestinal, etc.
¿Cuáles son los síntomas?
En general, se pueden presentar los siguientes síntomas:
- Aumento de la frecuencia de las deposiciones y una disminución de la consistencia de las mismas.
- Malestar.
- Náuseas o vómitos.
- Dolor abdominal.
- Fiebre.
¿Cómo puedo prevenir la gastroenteritis?
Ciertas conductas podrían prevenir que se pueda dar este problema, como:
- Lavarse las manos antes adecuadamente antes de cocinar o ir a comer.
- Lavar bien todas las verduras y frutas antes de ingerirlas.
- Mantener una buena conservación de los alimentos para garantizar una adecuada seguridad alimentaria.
- Cocinar bien los alimentos antes de ingerirlos.
- Mantener limpias todas las superficies y los utensilios que se vayan a utilizar para cocinar y comer.
¿Cuál es el tratamiento de la diarrea?
La dieta que se debe seguir es una dieta astringente. Primeramente, debe asegurarse una adecuada reposición de líquidos para evitar la deshidratación y reducir la pérdida de electrolitos. Esta dieta trata de reducir la estimulación de las secreciones gástricas y enlentecer el tránsito intestinal. Además, debe haber una progresión dietética adecuada hacia una alimentación normal.
Hay una serie de recomendaciones generales que se tienen que tener en cuenta:
- Comer en pocas cantidades, varias veces al día y así evitar comidas abundantes.
- Ingerir despacio, masticando bien la comida y en un ambiente tranquilo.
- Reposar la comida sentado hasta media hora después de las comidas principales
- Evitar el contraste de temperaturas en los alimentos, es decir, no se deben tomar los alimentos ni muy fríos, ni muy calientes.
- Los métodos culinarios tienen que ser sencillos (hervidos, al vapor, al horno, en su jugo y a la plancha) y evitar los fritos, rebozados y guisos.
- Restringir alimentos como el café, el té, el chocolate, las bebidas con gas y el alcohol.
También existen una serie de recomendaciones dietéticas para la progresión hacia una dieta normal. Primeramente, se debe asegurar una adecuada reposición hídrica. Con respecto a los alimentos, estos se tienen que ir incorporando poco a poco y viendo la tolerancia de estos.
- Frutas: Mejor maduras y sin piel, las más toleradas al principio son el plátano, la pera y las manzanas. Pueden ingerirse en compotas, asadas o trituradas.
- Verduras y hortalizas: Pueden incorporarse zanahorias, patatas, calabacín y calabaza en forma de purés, después cocinadas y cuando la tolerancia ya sea buena, frescas.
- Lácteos: Primeramente, se incorporarán los yogures, luego se podrá probar con el queso fresco, después la leche desnatada y posteriormente la leche entera y otros postres lácteos.
- El arroz o las pastas: Pueden incluirse hervidos.
- Carnes, pescados y huevos: Mejor que sean carnes magras, pescados blancos y huevos pasados por agua, cocidos o en tortillas con muy poco aceite.
- Legumbres: Al principio bien cocidas y pasadas en puré, y posteriormente, si se toleran bien, pueden tomarse enteras.
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