El “Food porn” o “Gastroporno” significa comida pornográfica y es algo que está creando cada vez más tendencia. De hecho, muchas veces en redes sociales podemos ver hashtags con estas palabras.
Actualmente, este término se usa para presentar de manera minuciosa fotografías de alimentos y eventos culinarios con la idea de promover su consumo. El hecho, es que despiertan el hedonismo, es decir, el deseo de disfrutar comiendo.
Esta tendencia aparece allá por 1960 con el nacimiento de la Nouvelle Cuisine, un movimiento gastronómico que comenzó a dar mayor importancia a los emplatados, ya que, se buscaba estimular los 5 sentidos y en especial el de la vista. El termino «Food porn» concretamente aparece en 1977 en una crítica al libro «French Cookery« de Paul Bocuse.
El «Gastroporno», ya existía anteriormente, aunque de forma inconsciente, a través de libros de cocina, revistas, la televisión y otros. Sin embargo, el avance de la tecnología con la aparición del internet y las redes sociales ha hecho que crezca aun más. Muchas personas cuando van a restaurantes, nada mas recibir el plato sacan el móvil para poder realizar una foto a esa delicia y subirla a las redes sociales. Esta tendencia ha hecho que, muchas personas, disfruten más tirando la foto y subiéndolo a las redes para que lo vean sus seguidores, que disfrutando en si de la propia comida.
El hecho de que esto sea así, hace que cada vez más restaurantes cuiden su emplatado, e incluso, que dediquen más tiempo a este, que, a la propia elaboración, con el fin de cultivar esto. En efecto, cada vez hay más chefs preocupados por cómo puede quedar su plato en la fotografía y jugar con las formas de los platos y el movimiento giratorio de estos, para que se puedan sacar las fotos desde diferentes ángulos y obtener atractivas imágenes de comida. Asimismo, también hay restaurantes que ya ofrecen soportes de mesa para móviles.
El gastroporno puede fomentar la obesidad
Charles Spence en su libro de “Gastrofísica” habla de este concepto y muestra como esta tendencia inconscientemente puede fomentar la obesidad, al incitarnos a comer ciertos platos que pueden ser poco saludables. Las imágenes pueden estimular nuestros sentidos. También ocurre que el bombardeo y la saturación de imágenes de este tipo puede llegar a hacer que una persona sea adictiva a este tipo de comidas. Todo ello, conlleva a realizar peores elecciones con la comida.
Igualmente, también tiene que ver el número de horas que una persona se pasa enfrente de una pantalla, ya que, cuanto más sedentarismo y menos actividad física se realizar, mayor será el riesgo de sufrir obesidad.
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