Las bebidas vegetales se crearon con el objetivo de ayudar a aquellas personas que presentaban alergias o intolerancias, y, en su defecto, no podían tomar leche de vaca. No obstante, este producto también es una buena alternativa para las personas vegetarianas o veganas.

En los últimos tiempos ha ido incrementando su oferta y demanda y puede generar confusión a la hora de elegir la mejor versión.

El valor nutricional de estas depende del ingrediente principal con las que estén elaboradas. Una bebida vegetal tendría que tener, sobre todo, agua y el alimento vegetal. A veces también pueden añadir sal, vitaminas, el resto, nos sobraría. En el mercado, podemos encontrar bebidas a base de:

  • Cereales como arroz, avena, espelta, mijo.
  • Frutos secos como avellanas, almendras, anacardos, nueces
  • Legumbres como la soja.
  • Frutos como el coco.

Nutricionalmente, no se parecen a la leche de vaca. Sin embargo, la bebida vegetal de soja es la que más se acerca, ya que, es la que más proporciona un buen contenido en proteínas, hidratos de carbono y grasas.

Siempre que decidamos alguna bebida vegetal tenemos que revisar lo siguiente:

  • Que no tenga azúcares añadidos, ni aceites. Tampoco que vengan saborizadas, como, por ejemplo, vainilla, café o chocolate. Y si es así, revisar el contenido de endulzantes en el etiquetado.
    Normalmente, pueden añadir aceite de girasol o de colza. Si las cantidades son pequeñas, no habría problema (1-2%).  En relación al contenido de azúcares, es preferible que en 100g de alimento, la cantidad sea menor a 5g.
  • Que estén enriquecidas, a poder ser, con calcio y vitamina D (revisando su origen).
  • Revisar el etiquetado y mirar la cantidad de alimento que nos proporciona esa bebida. Cuanta más cantidad mejor. Por ejemplo, hay bebidas vegetales que nos aportan solo un 2-3% de alimento, y, por lo tanto, estaríamos bebiendo, más bien, agua, a un precio bastante caro.

    Otras consideraciones:

    • Cuidado con la bebida de soja para aquellas personas que sufren problemas tiroideos y precisan de medicación. Habrá que valorar bien cada caso.
    • Las bebidas que provienen de cereales (avena, arroz, espelta, quinoa, mijo, etc.,.) son ricas en hidratos de carbono, pero pobres en proteínas y grasas. Además, debemos fijarnos que en el etiquetado no haya azúcares añadidos (jarabes, siropes, fructosa, dextrosa, etc.) o que estos cereales no hayan sido hidrolizados (han sufrido un proceso por el cual los azúcares quedan libres). No obstante, aunque no haya azúcares añadidos, también debemos fijarnos en el contenido de azúcares que tienen estos alimentos y comparar.
    • Las bebidas que provienen de los frutos secos (avellanas, anacardos, almendras, etc.) tienen menos cantidad de hidratos de carbono, proteínas y grasas que la leche de vaca. Sin embargo, pueden ser ricas en calcio. Lo mismo ocurre con la bebida vegetal de coco, aunque contiene un poco más de grasa.

    Espero que te haya servido de ayuda esta publicación.


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