El estrés crónico provoca un desequilibrio hormonal que puede afectar negativamente la salud se la siguiente manera:

  • Cortisol:
    El cortisol es la principal hormona liberada en respuesta al estrés. Aunque es esencial para manejar situaciones de emergencia, niveles crónicamente elevados pueden suprimir el sistema inmunológico, aumentar la presión arterial y contribuir al aumento de grasa.
  • Grelina y Leptina:
    La grelina, conocida como la «hormona del hambre», puede aumentar en respuesta al estrés, lo que nos hace sentir más hambre. Por otro lado, la leptina, la «hormona de la saciedad», puede disminuir su efectividad, dificultando la sensación de estar satisfecho después de comer.
  • Serotonina y Dopamina:
    Los niveles de serotonina y dopamina, neurotransmisores que influyen en el estado de ánimo y el apetito, pueden verse alterados por el estrés. Esto puede llevar a antojos de alimentos altos en carbohidratos, que aumentan temporalmente estos neurotransmisores, pero a largo plazo pueden contribuir a una mala salud metabólica y a la dependencia de ciertos tipos de alimentos.

El manejo del estrés es crucial para mantener una alimentación nutrtitiva y saludable, un metabolismo equilibrado y un sistema hormonal en armonía.

Se ha visto que estrategias como la meditación, el ejercicio físico regular, y una alimentación nutritiva , equilibrada y rica en nutrientes pueden ayudar a mitigar los efectos negativos del estrés.

Recuerda, cuidar tu mente es cuidar tu cuerpo. La gestión adecuada del estrés no solo mejora tu calidad de vida, sino también tu salud física a largo plazo.


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