En la sociedad actual, estamos constantemente recibiendo mensajes que prometen la solución rápida para alcanzar el cuerpo ideal y la salud óptima, algunos incluso, se encuentran atrapados en un ciclo interminable de restricción alimentaria y frustración.

La palabra dieta (hábito alimenticio de una persona) ha evolucionado a representar un conjunto de restricciones alimenticias destinadas a lograr una meta específica, como la pérdida de peso.

A medida que nos esforzamos por cumplir con los estándares poco realistas de belleza y salud impuestos por la sociedad, recurrimos a dietas de moda y con nombre propio, programas de pérdida de peso extremos, medicamentos o complementos que prometen milagros y restricciones alimenticias severas en un intento desesperado por alcanzar nuestros objetivos. Sin embargo, a pesar de nuestros mejores esfuerzos y sacrificios, muchas veces nos encontramos atrapados en un ciclo de pérdida y aumento de peso, sentimientos de culpa y vergüenza, y una relación negativa con la comida y nuestro propio cuerpo.

Reflexiona, ¿estás poniendo foco en lo que realmente necesitas?, ¿por qué lo haces?, ¿para qué lo haces?

Creo que es conveniente cuestionar los dogmas de la cultura de las dieta y buscar un enfoque más equilibrado y compasivo hacia la alimentación y el cuidado de nuestro cuerpo, verlo como un todo.

¿Cuál es el verdadero fracaso de las dietas?

El fracaso de las dietas no tiene por qué ser la falta de esfuerzo por parte de quienes intentan seguir estas, sino en las limitaciones inherentes a las mismas:

  1. Ausencia de educación alimentaria.
    Muchas dietas se centran en menús que únicamente expresan qué comer y qué evitar, sin ofrecer información sobre la importancia de la nutrición y cómo tomar decisiones alimenticias informadas.
  1. Planificaciones alimentarias muy restrictivas.
    Las planificaciones muy estrictas, pueden llevar generar ansiedad, deficiencias nutricionales, un ciclo perjudicial de pérdida y ganancia de peso, e incluso, inadecuadas conductas en relación a la comida.
  1. Buscar un cuerpo ideal como sinónimo de salud y belleza.
    A veces, buscamos en el cuerpo sentirnos válidos y merecedores por culpa de la gordofobia, el estigma de peso y los juicios a nivel social. Es decir, buscar la aceptación a través del cuerpo.

La diversidad corporal existe y somos más que un cuerpo. El enfoque debería ser el de conseguir la adopción de un estilo de vida saludable y sustentable acorde al entorno y a las necesidades de cada uno.

  1. Tener un enfoque a corto plazo.
    Vivimos en el mundo de la prisa y queremos todo para ayer. Para conseguir objetivos sostenibles a lo largo del tiempo relacionados con el estilo de vida es fundamental darnos tiempo, y, sobre todo, establecer metas alcanzables y realistas.
  1. Mentalidad dicotómica (o todo o nada).
    Es importante saber que no se puede vivir en la rigidez y tenemos que ser flexibles y compasivos con nosotros mismos. Encontrar un equilibrio entre la necesidad y el deseo.

Cada persona es única y es importante encontrar una relación saludable con uno mismo y el estilo de vida. Adoptar hábitos que te nutran físicamente y emocionalmente.

Y si necesitas ayuda, yo estaré encantada de poder hacerlo.


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