- Las frutas. Cualquier fruta es buena para poder preparar un helado, polo, granizado o sorbete. Lo ideal es elegir frutas de temporada por su calidad nutricional y sensorial. Igualmente, es recomendable que la fruta esté en su estado óptimo de maduración. Las frutas más utilizadas para elaborar estos suelen ser: el mango, el plátano, la piña, los frutos rojos, las fresas, el limón, la naranja, la sandía, el melón, etc.
- Grasas y proteínas de calidad. Lejos de las grasas trans o productos con alto índice de grasas saturadas como los productos comerciales, podemos optar por otros como la crema de cacahuete o frutos secos, la leche, el yogur natural o griego, las bebidas vegetales, el queso batido fresco, y así, poder dar sabor, cremosidad y diferentes texturas a nuestros helados.
- Toppings. También podemos agregar a nuestros helados ingredientes como: trocitos de fruta fresca o desecada, cacao puro (en polvo, en pepitas o rallado), coco rallado, semillas, frutos secos, hierbas y especias (canela, cúrcuma molida, menta, hierbabuena, anís), cereales integrales, muesli, etc.
Con la llegada del buen tiempo quizás nos apetezca un helado fresquito. Elaborando los nuestros propios, con nutrientes frescos y de calidad, y evitando el exceso de azúcares, podemos conseguir una alternativa apetecible, saludable y refrescante.
¿Qué se necesita?
En realidad, con un poco de nuestra imaginación y en función de nuestros gustos podemos tener grandes ideas, existe amplia variedad para poder hacerlos. No obstante, aquí os dejo algunas pautas sencillas para podáis empezar:
Categorías: Alimentos
0 comentarios