Hoy se celebra el Día de la Salud Mental y este año la Confederación Salud Mental de España ha querido focalizar la propuesta en un público más vulnerable: la infancia, la adolescencia y la juventud. El objetivo de este año es fomentar la concienciación y el cuidado de la salud mental desde la infancia.
El artículo de hoy no sigue la misma línea que los de siempre y no me considero ninguna experta en esto, pero, sinceramente, creo que es necesario para que la sociedad se mueva.
Según los datos obtenidos de la Confederación Salud Mental un 13% de personas entre los 10 y los 19 años sufre algún tipo de trastorno mental. Además, un 40% de los problemas de salud mental están relacionados con la depresión y la ansiedad. Según la OMS (Organización Mundial de la Salud), estas dos últimas, junto con los trastornos de comportamiento se encuentran entre las principales causas de enfermedad y discapacidad entre adolescentes.
Esto hace que, las personas que padecen este tipo de enfermedades les sea más difícil adaptarse al entorno cultural y social en el que viven, con el sufrimiento que eso conlleva.
De igual modo, es importante saber que la pandemia por COVID-19 y las medidas de salud pública asociadas, han trastornado la vida de personas en todo el mundo. Asimismo, muchos estudios demuestran que la COVID-19 ha tenido un impacto en la salud mental de los jóvenes y está particularmente asociado con la depresión y la ansiedad.
Por otro lado, se ha sugerido a través de estudios transversales, que hay una relación entre el tiempo que se dedica a las tecnologías basadas en pantallas y el aumento de los problemas de salud entre los jóvenes.
Igualmente, se valora que la mitad de las enfermedades mentales suelen comenzar antes de los 14 años, y, además, en la mayoría de los casos ni se detectan, ni se tratan, ya que, muchas veces pasan desapercibidas o son silenciadas.
En la misma línea, comentar que el suicidio es la cuarta causa de muerte entre los jóvenes de 15 a 19 años. Es importante recalcar que el Ministerio de Sanidad, promueve una línea telefónica nacional, la 024, con el fin de ayudar a las personas con pensamientos o riesgos de conducta suicida. Asimismo, esta línea es para familiares y allegados que deseen colaborar en la prevención de esto. No obstante, nada de lo anterior puede reemplazar a la consulta presencial con un profesional sanitario.
Cuando yo era pequeña, el sistema educativo implantado te enseñaba muchas materias, pero ninguna de ellas estaba relacionada con la inteligencia emocional y el desarrollo personal. Considero que son dos piezas clave para implantar en el crecimiento de los más pequeños, y con ello, fomentar la salud mental en las primeras etapas de la vida. Al mismo tiempo, pienso que la terapia psicológica tiene que adquirir más relevancia en nuestro país. A día de hoy, aunque esto vaya mejorando, sigue siendo un tema tabú, en el que el ni el bienestar emocional, ni la salud mental se acaban de normalizar.
El hecho de no ocuparse de la salud mental en la infancia o adolescencia implica consecuencias negativas en la edad adulta.
Espero que este artículo nos ayude a hacer de nosotros una sociedad mejor, y, sobre todo, a crear conciencia.
¡Feliz lunes!
0 comentarios