Cada vez nos enfocamos más en la búsqueda de una alimentación más saludable y algunos recurren a la información proporcionada en las etiquetas nutricionales de los productos alimenticios. Sin embargo, es importante comprender que estas etiquetas pueden ser engañosas y pueden influir en nuestras decisiones alimentarias de manera negativa si no se interpretan correctamente.
En un mundo en el que estamos inundados de mensajes publicitarios que promueven maravillas, es crucial adoptar un enfoque crítico y educado al leer las etiquetas nutricionales.
Con esta publicación, me gustaría darte una serie de recomendaciones para tomar decisiones alimentarias más informadas y nutritivas al respecto:
- No te quedes con la primera imagen y cuidado con las declaraciones llamativas.
- Lee detenidamente la lista de ingredientes y elige alimentos con ingredientes simples y naturales. Evita aquellos con largas listas de sustancias o aditivos artificiales.
- Ten en cuenta que la lista de ingredientes va ordenada de mayor a menor.
- Evita las harinas refinadas, grasas trans, aceites vegetales refinados (aceite de girasol, de maíz, de canola…), edulcorantes (sacarosa, aspartamos, sucralosa, sorbitol, eritritol) y azúcares añadidos (dextrosa, maltodextrinas, jarabes…)
- Comprende el tamaño de la porción y úsalo como referencia para calcular adecuadamente tu ingesta de nutrientes.
- Busca fuentes de grasas insaturadas como el aceite de oliva virgen extra.
- Revisa el contenido de fibra. Esta es clave para la salud digestiva entre otros.
- Vigila el contenido de sodio o sal en los productos. Un consumo excesivo puede aumentar el riesgo de hipertensión y enfermedades cardiovasculares.
- Conoce tus necesidades y utiliza la información de las etiquetas nutricionales para tomar decisiones informadas que apoyen tu salud y bienestar.
Recuerda que una alimentación equilibrada y variada es fundamental para una buena salud. Espero que esto te haya servido de ayuda.
0 comentarios